
Emilia Pardo Bazán fue un volcán ambicioso, gorda, impertinente, inoportuna, pagada de sí misma, brillante, manipuladora y trabajadora incansable. Nada convencional y extravagante, ella solo pedía el reconocimiento que se le negó.
No fue ni discreta, ni ensimismada, ni pasiva, ni modesta, ni siquiera bella.
Emilia Pardo Bazán sintió el rechazo permanente de sus colegas académicos a aceptarla en la Real Academia de la Lengua, a pesar de sus indiscutibles valores literarios.
Hasta el Pazo de Meirás, su amada mansión en A Coruña, le fue arrebatado a su familia en 1938 por el dictador Francisco Franco para un supuesta “colecta popular”
No hay comentarios:
Publicar un comentario